He tenido la oportunidad de conocer esta enfermedad desde ambas perspectivas: como médico y como paciente. Y te aseguro que no es algo grato.

Quien haya sufrido un episodio de cálculos renales sabe que se trata de un dolor intenso e incapacitante. Lo peor es que puede ocurrir en el momento menos oportuno:
✔️ En el trabajo
✔️ Durante reuniones familiares
✔️ En un viaje o hasta en un crucero

Este dolor suele ir acompañado de náuseas, vómitos, sangre en la orina, fiebre, escalofríos y sensación de ardor al orinar, además de desesperación, inquietud y la necesidad de atención médica inmediata, incluso fuera de horarios habituales.

Lamentablemente, no. Una vez superado el episodio agudo, ya sea con cirugía o tratamiento médico, hasta el 50% de los pacientes tendrán una recurrencia en los siguientes 10 años.

💡 El problema real no es solo eliminar la piedra, sino evitar que vuelvan a formarse.

¡Sí! Y aquí hay una gran noticia:
🔹 El 75% de los pacientes pueden evitar nuevos episodios con cambios en la dieta.
🔹 El otro 25% lo logra con la ayuda de medicamentos.

Sin embargo, muchas personas siguen desarrollando cálculos a pesar de seguir consejos comunes como:
❌ “Toma más agua”
❌ “Deja los refrescos”
❌ “Elimina el calcio de la dieta” (una de las recomendaciones más falsas)

¿Por qué sucede esto? Porque no todas las piedras se forman por la misma causa. El secreto está en identificar el problema específico de cada paciente.

Para ello existe el perfil de litiasis, un estudio que analiza la composición de la orina para detectar qué sustancias están en exceso o cuáles faltan.

Por ejemplo, si alguien decide “comer más sano” incluyendo más pescado o atún enlatado, pero su problema es el exceso de ácido úrico, esta elección solo aumentará el riesgo de nuevos cálculos.

💡 Con el perfil de litiasis se pueden evitar medidas extremas innecesarias, como eliminar el calcio de la dieta, y en su lugar, aplicar cambios realmente efectivos, como reducir la sal.